Es la historia de Carlos* (nombre ficticio) que comienza con una vida digna, de abundancia y con una economía de nivel promedio. Esto es así hasta que sus padres fallecen, por razones desconocidas decide irse a vivir con la única hermana mayor, quien le da lo necesario para no enfermar pero con muchas limitaciones.

Un día extrañamente la hermana le dice que tiene “ganas de tomar” (embriagarse) y le ofrece bebidas alcohólicas, Carlos acepta sin reparo, comienzan a beber cerveza hasta que Carlos pierde el sentido, estando en este estado la hermana con documentos legales ya preparados le coloca la huella digital en donde él cede todas las tierras de su herencia y se las otorga únicamente a ella. A partir de esta fecha, Carlos no recibe mas que maltratos, insultos, y no recibe lo mínimo requerido para tener una vida digna, en una discusión con el cuñado se entera de lo ocurrido con sus terrenos y que ya no le pertenecen a él, se golpean mutuamente por lo que la hermana decide sacarlo de la casa con lo único que llevaba puesto y sin nada mas.

A partir de esa fecha Carlos vive en la calle, sin nada que comer mas de lo que la gente le regala en la calle, su hogar es una banca de la municipalidad, “es más fácil que le regalen trago a uno y por eso uno comienza a tomar, para engañar a la panza”. Luego de 3 años y 7 meses de ser un indigente y de sobrevivir únicamente en la calle, sin hogar, medicinas, sin limpieza y únicamente con el licor que le regalan, presenta una crisis médica por lo que es trasladado al hospital en donde sospechan de intoxicación por ingesta de alcohol y deciden no darle ingreso, una persona se comunica con otra y así logran dialogar con las Hermanas encargadas de Unidos para Amar, Hogar de Ancianos (Asupa) en donde es recibido con amor. Tras su llegada lo primero es sacarlo de la crisis, se le alimenta, desintoxica, se le realiza el chequeo médico de rutina y comienza a escribirse una nueva historia para Carlos. Al día de hoy es una persona feliz, tranquila, con atenciones y pese a los malos recuerdos hoy agradece a Dios por llegar a su nuevo hogar.

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